El temor que tenía el Banco Central, de haberse excedido en estos meses en la emisión de pesos y haber sobreestimado las necesidades de la economía (la llamada "demanda de dinero"), pareció quedar plasmado ayer en una nueva señal de política monetaria: el organismo resolvió subir en un punto y medio porcentual la tasa de referencia (de pases), hasta dejarla en el 26,25% anual, en un esfuerzo por hacer más atractivo el instrumento y retirar pesos en un contexto de alta inflación. El movimiento fue una reacción rápida y contundente después de que el INDEC informara una avance en el índice de precios del 2,4% para el mes pasado; y en un momento en que el mercado mantiene por encima del 21% anual sus expectativas de inflación.