Por medio de las páginas de los primeros periódicos que se hicieron presentes en esta inmensa región de la nor-pampa, se puede observar que a pesar de lo duro que era ganarse la vida o encontrar un espacio en la sociedad, el humor siempre de alguna manera estuvo presente. No era para menos si tenemos en cuenta la cantidad de andaluces que llegaron a estas feraces tierras, donde además de trabajarlas supieron ponerle ese encanto, esa chispa que sólo ellos eran capaces. Pero aparte de esa picardía, de ese chisporroteo de ingenio de estos españoles del sur, salta bien a la vista, como una constante, el humor basado en los defectos físicos. Un humor que se ensañaba con los opas, los estúpidos como se le solía llamar a fines del siglo pasado a los deficientes.